El intestino delgado es una parte fundamental del aparato digestivo que conecta el estómago con el intestino grueso. Se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. Su función principal es la digestión química y la absorción de nutrientes. Mide aproximadamente entre 3 y 7 metros de longitud y está compuesto por varias capas histológicas: mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa está especializada para aumentar la superficie de absorción mediante:
- Pliegues circulares (válvulas de Kerckring).
- Vellosidades intestinales, que dan textura aterciopelada.
- Microvellosidades en los enterocitos que forman un ribete en cepillo.
El epitelio intestinal incluye diferentes tipos celulares como células absorbentes, caliciformes (secretan moco), endocrinas, de Paneth (defensivas) y células madre para la renovación celular. Además, en el duodeno hay glándulas de Brunner que ayudan a protegerlo del ácido gástrico, y en el íleon se encuentran las placas de Peyer, parte del sistema inmunitario. Esta estructura confiere al intestino delgado una gran superficie para absorber aproximadamente el 90% de los nutrientes, incluyendo proteínas, grasas, vitaminas y minerales. También actúa como barrera inmunológica para proteger al organismo de toxinas y microorganismos. En resumen, sus características generales son:
- Longitud de 3 a 7 metros.
- Dividido en duodeno, yeyuno e íleon.
- Presencia de pliegues, vellosidades y microvellosidades que aumentan la superficie de absorción.
- Cuatro capas histológicas: mucosa, submucosa, muscular y serosa.
- Células especializadas para absorción, secreción y defensa.
- Importante función en la digestión y protección inmunológica.
Esta información abarca tanto su anatomía, histología y función general en el organismo.