El intestino grueso es la última porción del tubo digestivo, con una longitud aproximada de 1.5 metros, que incluye el ciego, colon, recto y canal anal. Su función principal consiste en absorber agua y minerales de los restos alimenticios no digeridos, formar y almacenar las heces hasta su eliminación. Anatómicamente, es más ancho que el intestino delgado y cuenta con estructuras musculares longitudinales llamadas tenias coli, que facilitan la propulsión del contenido intestinal y forman saculaciones conocidas como haustras. Además, su mucosa contiene criptas intestinales con abundantes células caliciformes productoras de moco, pero carece de vellosidades. El intestino grueso alberga una microflora importante para la salud intestinal y tiene características como apéndices epiploicos (bolsas de grasa) y una función inmunológica mediada por el apéndice. Su pared está formada por las capas mucosa, submucosa, muscular y serosa, con una musculatura lisa que permite el movimiento peristáltico. Está irrigado principalmente por arterias mesentéricas superior e inferior y posee una compleja inervación autónoma.
Partes principales del intestino grueso
- Ciego (conectado al intestino delgado mediante la válvula ileocecal)
- Colon (ascendente, transverso, descendente y sigmoideo)
- Recto
- Canal anal
Funciones generales
- Absorción de agua y electrolitos
- Formación y almacenamiento temporal de las heces
- Propulsión del contenido hasta la defecación
- Síntesis de algunas vitaminas por bacterias intestinales
- Función inmunológica a través del tejido linfoide en el apéndice
Esta descripción recoge las características generales anatómicas, funcionales e histológicas del intestino grueso.