El mes más corto del año es febrero. En un año común, febrero tiene 28 días, y en los años bisiestos cuenta con 29 días. Esta peculiaridad proviene de la historia del calendario romano y de la posterior adaptación al calendario gregoriano que usamos actualmente. Originalmente, el calendario romano tenía solo diez meses y luego se agregaron enero y febrero, siendo febrero el último mes con pocos días, específicamente 28. Las reformas del calendario y ciertas supersticiones históricas también influyeron en que febrero mantuviera esta duración más corta que los demás meses, que tienen 30 o 31 días.
Así, febrero es el mes más breve del año, destacándose por esta característica desde la antigüedad hasta hoy.