Para responder con precisión, conviene aclarar que si bien distintos medios y publicaciones virales han señalado a varios países como “los más groseros”, no existe una fuente oficial o un ranking internacional autorizado que determine de manera concluyente cuál es el país “más grosero” del mundo. Las afirmaciones suelen basarse en encuestas informales, análisis de redes sociales o interpretaciones de artículos desinformativos, y pueden variar según el criterio (lenguaje soez, conductas públicas, sinceridad percibida, etc.) y la muestra analizada. Qué se observa comúnmente en las discusiones actuales

• En América Latina, varios listados virales mencionan a países como Colombia, Ecuador, México, Argentina y Chile, pero estos rankings son no usados por organismos lingüísticos o científicos como estándar y tienden a cambiar según la fuente y el periodo analizado.

• La Real Academia Española (RAE) no mantiene ni publicó un ranking oficial de “países más groseros”; publicaciones que atribuyen ese título a la RAE suelen ser desmentidas por la propia institución y cubren noticias virales o desinformación en redes.

• Diversos artículos y videos virales han ampliado o variado la lista, destacando que la percepción de grosería depende más de normas culturales, contexto y lenguaje utilizado que de una métrica objetiva única.

Cómo interpretar este tema de forma fiable

• Evita tomar listas virales como fuente definitiva; revisa si la afirmación proviene de una investigación con metodología clara y revisión por pares, o si es simplemente una recopilación de opinión en redes.
• Presta atención a la fuente y al contexto: algunos medios pueden presentar el tema de forma humorística, satírica o sensacionalista.
• Si se necesita un ranking real para un proyecto, conviene definir criterios explícitos (por ejemplo, uso de lenguaje ofensivo en redes sociales, estudios sociolingüísticos, o percepciones culturales) y buscar investigaciones académicas o informes de sociolingüística reconocidos.

Resultado directo

• No existe un consenso oficial ni un ranking internacional fiable que determine cuál es el país “más grosero” del mundo. Las afirmaciones que circulan en redes y ciertos medios son variables y no deben tomarse como verificación definitiva.