El proceso apropiado para ponerse de acuerdo con otras personas suele describirse como un proceso de negociación y consenso , en el que las partes dialogan para acercar sus intereses y llegar a una decisión aceptable para todos.
Pasos básicos del proceso
- Definir el objetivo común
- Aclarar qué se quiere lograr juntos (resolver un problema, tomar una decisión, repartir tareas, etc.).
* Verificar que todos entiendan el mismo objetivo para evitar malentendidos desde el inicio.
- Escuchar intereses y puntos de vista
- Cada persona explica qué necesita, qué le preocupa y por qué propone ciertas opciones.
* Se fomenta que todos hablen y que haya un clima de respeto y seguridad para expresar desacuerdos.
- Buscar coincidencias y aclarar el problema
- Identificar en qué puntos ya están de acuerdo para construir sobre eso y generar confianza.
* Antes de hablar de soluciones, acordar cuál es exactamente el problema que se quiere resolver.
- Proponer opciones y dialogar
- Generar varias alternativas posibles, sin juzgarlas al principio, para ampliar el margen de acuerdo.
* Valorar ventajas y desventajas de cada opción y hacer ajustes para acercarse a algo que todos puedan aceptar.
- Negociar y cerrar acuerdos
- Ceder en algunos puntos secundarios para proteger lo más importante de cada parte, buscando soluciones “ganar‑ganar”.
* Dejar claramente establecido qué se decidió, quién hará qué y en qué plazos, para que el acuerdo sea concreto.
- Documentar y dar seguimiento
- Anotar los acuerdos y responsabilidades para que todos tengan el mismo registro.
* Revisar después si el acuerdo se está cumpliendo y, si es necesario, renegociar algunos puntos.
Valores y actitudes necesarias
Para que este proceso funcione, suelen ser clave:
- Respeto y apertura al punto de vista ajeno.
- Disposición al diálogo, a hacer preguntas y a buscar alternativas razonables, no a “ganar la discusión”.
- Compromiso real con lo acordado, aunque no todo sea exactamente como cada quien quería.
