El llamado “punto G” es una zona muy sensible de la pared anterior (de arriba) de la vagina, situada a unos 3–8 cm de la entrada, alrededor de la uretra y conectada con la parte interna del clítoris. No es un puntito aislado, sino una pequeña área de tejido eréctil que en algunas mujeres produce mucho placer al estimularla y en otras apenas se nota, porque cada cuerpo es distinto.
Qué es exactamente
El nombre viene de “punto Gräfenberg”, por el ginecólogo que describió esta zona a mediados del siglo XX. Hoy muchos especialistas explican que forma parte del complejo clitoriano (clítoris interno, tejidos alrededor de la uretra y pared vaginal anterior), más que ser una estructura independiente.
Dónde se encuentra
La descripción más aceptada es: en la pared anterior de la vagina (la que mira hacia el ombligo), entre unos 3 y 8 cm desde la entrada, siguiendo el recorrido de la uretra. Al tacto, cuando hay excitación, suele sentirse como una zona algo más rugosa o un pequeño “bultito” que se hincha al estimularse.
Cómo se suele estimular
Una forma típica es introducir uno o dos dedos con la palma hacia arriba y hacer un movimiento de “ven aquí”, buscando esa zona hacia el ombligo. Si la mujer está relajada y excitada, esa presión rítmica (siempre con consentimiento y comunicación) puede aumentar la excitación e incluso desencadenar orgasmos o, en algunas, eyaculación femenina.
Cosas importantes a tener en cuenta
- No todas las mujeres sienten placer específico al estimular esa zona, y eso es totalmente normal.
- El clítoris externo suele seguir siendo la principal fuente de placer, y el famoso “punto G” no es una “llave mágica”, sino una zona más dentro de la anatomía sexual.
- El diálogo, el consentimiento y parar si algo molesta son más importantes que “encontrar” un punto concreto.
