El quinto mandamiento es "No matarás." Este mandamiento sostiene que la vida humana es sagrada porque es fruto de la acción creadora de Dios. Solo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su fin, y nadie puede atribuirse el derecho de matar de forma directa a un ser humano inocente. Además, incluye la prohibición de causar daño injusto a otros y se extiende a condenar actos como el asesinato, el aborto, la eutanasia, y el suicidio, destacando el respeto absoluto por la vida humana.
Nota: En algunas tradiciones, el quinto mandamiento puede referirse también a "Honrarás a tu padre y a tu madre," pero según el contexto católico y tradicional más comúnmente citado, el quinto mandamiento es "No matarás."
