Sudáfrica tiene una característica única en el mundo: posee tres capitales, cada una correspondiente a un poder del Estado. La capital administrativa y sede del Gobierno es Pretoria. La capital legislativa, donde se encuentra el Parlamento Nacional, es Ciudad del Cabo. Y la capital judicial, sede del poder judicial, es Bloemfontein. Esta división responde a una solución histórica ante la unión de cuatro colonias británicas que formaron Sudáfrica, para equilibrar la distribución de poderes y evitar que una sola ciudad concentrara toda la autoridad. Por ello, aunque Pretoria es considerada la capital principal del país por alojar el Ejecutivo, es importante reconocer que Sudáfrica tiene estas tres ciudades con roles capitales diferenciados.