La diabetes mellitus tipo 2 es la forma más común de diabetes y se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre debido principalmente a dos aspectos: resistencia a la insulina y una disminución progresiva de la producción de insulina por el páncreas. A diferencia de la diabetes tipo 1, en la tipo 2 no hay una destrucción autoinmune de las células productoras de insulina, sino que el cuerpo no utiliza la insulina de manera eficiente y, con el tiempo, puede no generar suficiente insulina para mantener la glucosa en rangos normales.
A grandes rasgos, definición clínica y criterios clave:
- Resistencia a la insulina: las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, lo que dificulta la entrada de la glucosa a las células y mantiene la glucosa en sangre alta.
- Hiperglucemia: glucosa en sangre elevada persistente, que puede detectarse mediante pruebas como glucosa en ayunas, prueba de tolerancia a la glucosa y/o hemoglobina A1c.
- En etapas avanzadas, deterioro de la función de las células beta pancreáticas, reduciendo aún más la capacidad de producir insulina.
Factores de riesgo y características relevantes:
- Factores modificables: peso corporal elevado (especialmente obesidad abdominal), inactividad física, dieta desequilibrada, antecedentes de síndrome metabólico, hipertensión y dislipidemia.
- Factores no modificables: edad avanzada, antecedentes familiares de diabetes tipo 2, antecedentes de gestación con diabetes gestacional, antecedentes étnicos de mayor riesgo.
- Es una condición crónica con un componente preventivo importante a través de cambios de estilo de vida.
Síntomas y detección temprana:
- Muchos casos no presentan síntomas tempranos; cuando aparecen, pueden incluir sed excesiva, aumento de la frecuencia urinaria, fatiga y visión borrosa. La detección se basa en pruebas de glucosa en ayunas, pruebas de tolerancia a la glucosa y/o niveles de A1c.
- El objetivo de la detección es crear un plan de manejo para reducir riesgos de complicaciones cardiovasculares, renales y oculares.
Tratamiento y manejo:
- Intervención inicial: cambios en la dieta, aumento de actividad física, control de peso y educación sobre manejo de la glucosa.
- Tratamiento farmacológico cuando es necesario: puede incluir metformina como primer fármaco, y en etapas posteriores otros agentes hipoglucemiantes y, en algunos casos, insulina.
- Monitoreo regular de glucosa, presión arterial, perfil lipídico y función renal para prevenir complicaciones.
Complicaciones asociadas:
- Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, daño renal, neuropatía, retinopatía y problemas en extremidades. La prevención y el control estricto de la glucosa reducen significativamente estos riesgos.
Si buscas una definición más formal para fines educativos o clínicos, la diabetes tipo 2 se define como una enfermedad metabólica crónica caracterizada por hiperglucemia debida a resistencia a la insulina con deterioro progresivo de la secreción de insulina, que suele diagnosticarse en adultos y constituye la mayor parte de los casos de diabetes.
