La estructura clásica de un cuento se organiza en tres partes: inicio o introducción, nudo o desarrollo, y desenlace o final.
Inicio o introducción
En el inicio se presentan los personajes principales, el lugar y el tiempo de la historia, y la situación “normal” antes de que aparezca el problema. Su función es ubicar al lector en el contexto y despertar interés para que quiera seguir leyendo.
Nudo o desarrollo
En el nudo surge y se complica el conflicto central del cuento, es decir, el problema o desafío que deben enfrentar los personajes. Aquí aumenta la tensión, ocurren los hechos más importantes y la acción avanza hasta llegar al clímax o momento de mayor intensidad.
Desenlace o final
En el desenlace se resuelve el conflicto: puede ser un final cerrado (todo queda claro), abierto (quedan dudas) o sorprendente (con un giro inesperado). Esta parte muestra las consecuencias de lo ocurrido y cierra la historia, dejando una impresión final en el lector.
