La función del intestino grueso es principalmente la absorción de agua y electrolitos (como sodio, potasio y cloruro) del contenido intestinal para formar las heces. Además, compacta y almacena temporalmente las heces antes de su eliminación a través del recto y el ano. También alberga una extensa microflora que fermenta los carbohidratos no digeridos, produciendo vitaminas (como la vitamina K) y gases, y contribuye a la síntesis de algunas vitaminas esenciales para el cuerpo.
