Los Niños Héroes fueron un grupo de seis cadetes mexicanos que murieron defendiendo el Castillo de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847 durante la Intervención estadounidense en México. Estos cadetes se llamaban Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Juan Escutia y Vicente Suárez. La historia oficial narra que, a pesar de haber recibido la orden de abandonar el castillo, ellos decidieron quedarse para defenderlo ante el avance del ejército estadounidense. Con el paso del tiempo, la historia de los Niños Héroes se ha convertido en un símbolo nacionalista de valentía y sacrificio, con algunos detalles heroicos añadidos que no tienen sustento histórico comprobado, como el relato de que Juan Escutia se lanzó envuelto en la bandera mexicana para impedir que el enemigo se la aprobara. Este grupo es recordado como un mito heroico que representa el valor y la defensa del país frente a la invasión extranjera.

Cada uno de los Niños Héroes murió en distintas circunstancias defendiendo la plaza, y su memoria es honrada en México especialmente el 13 de septiembre, día en que se conmemora su sacrificio.