Los principios rectores del servicio público son un conjunto de criterios éticos y jurídicos que orientan cómo deben actuar las personas servidoras públicas en el ejercicio de sus funciones.
Principios jurídicos básicos
De forma general, en los códigos de ética y leyes administrativas se reconocen como principios rectores centrales:
- Legalidad: actuar siempre conforme a la Constitución, las leyes y reglamentos aplicables.
- Imparcialidad: dar el mismo trato a todas las personas, sin privilegios ni discriminación.
- Eficiencia y eficacia: usar correctamente los recursos y lograr los objetivos y resultados previstos.
Principios éticos del servidor público
Además de los principios estrictamente jurídicos, se señalan principios éticos indispensables:
- Honradez e integridad: manejar el cargo sin corrupción, sin aprovecharse del puesto para beneficio propio o de terceros.
- Lealtad: corresponder a la confianza del Estado y de la sociedad, anteponiendo el interés público al interés personal.
- Profesionalismo: conocer y cumplir adecuadamente las funciones, actualizándose y actuando con responsabilidad.
Otros principios frecuentes
En muchos códigos se añaden otros principios que complementan a los anteriores y concretan el buen gobierno:
- Objetividad y transparencia: tomar decisiones con criterios técnicos y hacer accesible la información pública.
- Rendición de cuentas y responsabilidad: asumir las consecuencias de los actos y someterse a controles internos y externos.
- Equidad e igualdad: garantizar acceso justo a los servicios públicos, sin discriminación y con trato digno para todas las personas.
