El té de manzanilla con leche sirve principalmente para mejorar la digestión, reducir la inflamación y favorecer un sueño reparador. La manzanilla aporta compuestos como la apigenina, que actúa como un ansiolítico suave, y la leche contiene triptófano, un aminoácido esencial que ayuda a la producción de serotonina y melatonina, hormonas clave para regular el sueño. Esta combinación también ayuda a relajar el sistema nervioso, reducir el estrés y generar bienestar general. Se recomienda tomarlo tibio, preferentemente en ayunas para mejorar la asimilación de nutrientes, o antes de dormir para facilitar la conciliación del sueño y reducir el estrés acumulado durante el día. Además, la leche aporta nutrientes que potencian estos efectos calmantes y digestivos.
