La ketamina es un medicamento anestésico y analgésico que también se usa, en contextos muy controlados, para tratar ciertos trastornos de salud mental y dolor crónico, pero también puede consumirse como droga recreativa con riesgos importantes.
Usos médicos principales
- Se usa como anestésico y sedante en hospitales para procedimientos quirúrgicos y de urgencias, porque induce un estado de “anestesia disociativa” y suele mantener la respiración y la presión arterial más estables que otros anestésicos.
- También se utiliza mucho en medicina veterinaria para sedar y anestesiar animales.
- A dosis bajas puede emplearse como analgésico para dolor agudo intenso (fracturas, quemaduras, procedimientos muy dolorosos) y en algunos casos de dolor crónico, como alternativa o complemento a los opioides.
Salud mental y otros usos clínicos
- En los últimos años se usa en clínicas especializadas, por vía intravenosa o intranasal, como tratamiento de acción rápida para depresión grave resistente a otros tratamientos, siempre bajo estricta supervisión médica.
- Se está investigando su utilidad en otros trastornos psiquiátricos (como trastorno bipolar, trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos por consumo de sustancias), pero la evidencia aún es limitada y no es un tratamiento de primera línea.
Uso recreativo y riesgos
- Como droga recreativa, se consume por sus efectos disociativos y alucinógenos (sensación de desconexión del cuerpo y de la realidad), pero puede causar náuseas, vómitos, problemas de memoria y alteraciones graves de la percepción.
- El uso repetido y sin control se asocia con dependencia psicológica, daño a la vejiga y vías urinarias, problemas cognitivos y riesgo de accidentes o agresiones por la pérdida de conciencia y del control.
Advertencia importante
- La ketamina solo debe utilizarse bajo indicación y supervisión profesional; la automedicación o el uso recreativo pueden ser peligrosos e incluso mortales, sobre todo al mezclarla con alcohol u otras drogas depresoras del sistema nervioso.
- Si estás considerando un tratamiento con ketamina para depresión u otro problema, es clave hablar primero con un médico o psiquiatra que valore riesgos, beneficios y alternativas.
