La oxolamina es un medicamento utilizado principalmente como antitusivo para aliviar la tos seca o irritativa. Además, posee propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas, lo que ayuda a reducir la inflamación y la irritación en las vías respiratorias, facilitando la respiración y disminuyendo los espasmos bronquiales. Se indica para el tratamiento sintomático de la tos cuando existe inflamación o irritación en las vías respiratorias, en afecciones como resfriados, bronquitis, faringitis y otros trastornos respiratorios. Actúa inhibiendo el reflejo de la tos en el cerebro sin afectar el centro respiratorio, por lo que no tiene un efecto depresor respiratorio. La oxolamina se presenta comúnmente en jarabe y debe usarse bajo indicación médica, respetando las dosis prescritas y evitando su uso en casos de tos con flemas o en ciertas condiciones respiratorias crónicas sin supervisión médica. También suele combinarse con otros medicamentos como la guaifenesina para facilitar la expectoración en casos de tos productiva. Entre sus efectos secundarios pueden estar náuseas, dolor abdominal, cefalea y en casos raros, alucinaciones visuales en niños. Se debe evitar el consumo de alcohol durante su uso y se debe consultar al médico en casos de embarazo o lactancia.