El río Tajo pasa por varias poblaciones importantes porque es el río más largo de la península ibérica, recorriendo un total de 1007 km desde su nacimiento en los Montes Universales (Teruel) hasta su desembocadura en el océano Atlántico en Lisboa. Durante su recorrido atraviesa cuatro comunidades autónomas españolas: Aragón, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura, y seis provincias: Teruel, Guadalajara, Cuenca, Madrid, Toledo y Cáceres. Algunas de las poblaciones más destacadas por las que pasa en España son Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. En Portugal recorre regiones tradicionales como Beira Baixa, Alto Alentejo, Ribatejo y Estremadura, atravesando ciudades importantes como Abrantes, Santarém y Lisboa. El río es fundamental para estas poblaciones ya que les suministra agua para consumo, riego e incluso para la generación de energía, además de ser una vía natural que modela el paisaje y permite asentamientos humanos a lo largo de su cauce. Sin embargo, el Tajo enfrenta problemas como disminución de caudal por regulación y trasvases, contaminación por actividades agrícolas, urbanas e industriales, y desafíos relacionados con la calidad del agua, afectando a las comunidades ribereñas. En resumen, las poblaciones por las que pasa el Tajo están situadas a lo largo de su curso por motivos geográficos, económicos y sociales ligados a la disponibilidad de agua y el entorno natural que les proporciona el río.