La eutanasia es un procedimiento médico consciente, intencional y voluntario mediante el cual se pone fin a la vida de un paciente que padece una enfermedad terminal o incurable, con el propósito de evitarle sufrimientos y dolores innecesarios. Esta acción se realiza idealmente con el consentimiento explícito del paciente o, en caso de que éste no pueda expresarlo, de su representante legal. Su objetivo es propiciar una "buena muerte", es decir, una muerte digna, apacible y sin sufrimiento físico, y se diferencia del suicidio asistido en que la acción directa de causar la muerte la realiza un médico. La eutanasia es un tema polémico en muchas culturas y legislaciones debido a debates éticos y morales, especialmente vinculados al derecho a la vida y a diversas perspectivas religiosas. Actualmente, está legalizada en varios países bajo estrictas condiciones legales y médicas.

En términos prácticos, la eutanasia puede realizarse mediante la administración de medicamentos o mediante la suspensión de tratamientos que mantienen con vida al paciente, siempre en ausencia de esperanza de recuperación y con el fin de evitar sufrimientos prolongados. No debe confundirse con la eutanasia pasiva (dejar de administrar tratamientos), ni con otras prácticas como la sedación paliativa, cuyo fin es aliviar el dolor sin acelerar necesariamente la muerte. La palabra eutanasia viene del griego y significa "buena muerte".

En resumen, la eutanasia es un acto médico que busca terminar voluntariamente con la vida de una persona gravemente enferma para evitarle sufrimientos extremos, respetando su voluntad y con un marco legal y ético que regula su práctica en los países donde está permitida.