Las funciones vitales de los seres vivos son las actividades básicas que permiten su nutrición, crecimiento, reproducción y relación con el entorno para conservar la vida. A grandes rasgos, se reconocen tres funciones vitales fundamentales:

• Nutrición: obtención de materia y energía para mantener, crecer y reparar el organismo. Puede ser autótrofa (como las plantas, que fabrican su alimento) o heterótrofa (como los animales, que obtienen alimento de otros seres vivos).

• Relación o interacción con el entorno: percepción y respuesta ante estímulos del ambiente, comunicación y coordinación interna. Incluye la relación entre individuos y entre especies.

• Reproducción: capacidad de generar descendencia para perpetuar la especie, ya sea por reproducción sexual o asexual.

Notas para aclarar conceptos:

• En muchos enfoques educativos se agrupan estas funciones en tres grandes categorías: nutrición, relación y reproducción. Sin embargo, también se mencionan procesos complementarios como el crecimiento, la excreción y la adaptación como parte de estas funciones en un marco más detallado.

• La nutrición abarca la obtención de materia y energía, la conversión de nutrientes y, en muchos organismos, el metabolismo que permite transformar nutrientes en energía utilizable.

• La relación implica interacción con el ambiente y otros seres vivos, junto con respuestas adaptativas a cambios ambientales.

• La reproducción asegura la continuidad de la especie y puede ocurrir de forma sexual o asexual, con estrategias diversas según grupo de seres vivos.

Si se busca un resumen más breve: los seres vivos se nutren, se relacionan con su entorno y se reproducen, lo que les permite crecer, mantenerse con vida y sostener su especie a lo largo del tiempo.