En Chile, la normativa de tránsito establece que la distancia mínima para estacionar cerca de una esquina es de 10 metros desde el punto donde comienza la curvatura de la esquina. Esta medida es obligatoria para garantizar la visibilidad y seguridad de conductores y peatones en las intersecciones, facilitando además el giro seguro de los vehículos, especialmente los de mayor tamaño. La medición puede hacerse usando referencias visuales como postes de luz, demarcaciones en el pavimento o contando aproximadamente 12 pasos largos desde la esquina. Respetar esta distancia evita multas y sanciones, y es fundamental para la seguridad vial en todo el país.
