La comida en la época colonial estaba basada en una mezcla de tradiciones indígenas y europeas, especialmente españolas. Los ingredientes principales eran carne (de vaca, cerdo, cordero), maíz, trigo, legumbres y vegetales. Platos comunes incluían guisos como el locro (maíz con carne y calabaza), carbonada (guiso con carne, vegetales y frutas secas), puchero, empanadas, humita, pastel de choclo, y estofados. Se consumía también sopa de fideos o arroz, y en días festivos se servían platos más elaborados como pavo relleno y pierna de carnero mechada. El maíz era fundamental para hacer tortillas, tamales, y arepas, mientras que el trigo se usaba para pan y galletas. Los esclavos tenían una dieta más restringida, basada en arroz, frijoles, y yuca, consumiendo carne de menor calidad, como vísceras. La comida también incluía productos derivados de la leche, como queso y manteca. Los postres típicos de la época incluían mazamorra, natilla, y alfeñiques, y las bebidas comunes eran mate, café, vinos, aguardientes y chicha. La comida colonial fue la base de la cocina mestiza o tradicional que se mantiene en muchos países latinoamericanos hoy en día.