Morante de la Puebla padece un trastorno disociativo, una enfermedad mental que desconecta su cuerpo de sus emociones. Este trastorno lo ha acompañado desde los 22 años y se ha complicado con episodios de depresión severa y agorafobia. Debido a esta enfermedad, Morante ha tenido que retirarse temporalmente y finalmente anunció su retiro definitivo del toreo. Para tratarse, incluso se sometió a terapia de electroshock, tratamiento que recibió en Miami. Él mismo ha explicado que es una enfermedad muy compleja, triste y dolorosa, y que en momentos de profunda crisis pensó en la muerte como alivio, aunque no se lo permite por responsabilidad hacia su familia. Esta enfermedad ha sido una lucha silenciosa que ha marcado su carrera y vida personal.