La violencia vicaria es una forma de violencia de género en la que el agresor daña a hijos, hijas u otros seres queridos de la mujer con el objetivo de causarle sufrimiento extremo y ejercer control o dominio sobre ella. Se considera una violencia indirecta o secundaria, ya que el daño directo recae sobre terceros, pero la víctima principal a la que se quiere perjudicar es la mujer.
Características principales
- Se manifiesta cuando un hombre utiliza a los hijos, hijas u otros allegados importantes para la madre como herramienta para herirla física o emocionalmente.
- Incluye desde amenazas con quitar la custodia, llevarse a los niños, hablar mal de la madre delante de ellos, hasta llegar a causarles incluso la muerte en los casos más extremos.
- Los menores, además de ser el instrumento del daño, también se convierten en víctimas directas de esta violencia.
Objetivo y motivación
El principal objetivo de la violencia vicaria es destruir emocionalmente a la mujer maltratada, perpetuando su sometimiento a través del dolor que le genera el daño a sus seres queridos. Suele estar presente en el contexto de relaciones de poder desiguales y cuando el agresor busca mantener el control incluso tras una separación.
Diferenciación
No debe confundirse con el parricidio ni con la violencia intrafamiliar clásica; su característica esencial es el uso de los hijos o familiares como medio de venganza y sometimiento específicamente contra la mujer.
Esta forma de violencia está reconocida en legislaciones y políticas públicas de algunos países, sometiendo a quien la comete a penas específicas debido a la extrema gravedad del daño infligido.
