El mayor poder de Orfeo, según la mitología griega, fue su habilidad musical extraordinaria: su lira y canto tenían la capacidad de encantar a seres vivos y objetos inanimados, calmar bestias, mover árboles y rocas, e incluso influir en los dioses y criaturas del inframundo. Su música fue lo bastante poderosa como para convencer a Hades y Perséfone para permitirle intentar rescatar a Eurídice.
